Cristina Paredero no supo hasta los 18 años que tenía síndrome de Asperger. El diagnóstico acabó con años de incomprensión e incertidumbres. Hoy, Cristina está terminando el Bachillerato que no pudo terminar por sus problemas sociales en el colegio, y quiere ir a la Universidad para estudiar Filología Clásica, su gran pasión. Tiene pareja, también con síndrome de Asperger. Quienes padecen síndrome de Asperger, tienen dificultades en la interacción, les cuesta entender el lenguaje simbólico, los dobles sentidos, los refranes, y no tienen la necesidad de hacer amigos o de interactuar con la gente, como todo el mundo hace. A diferencia de otros tipos de autismo, sus capacidades cognitivas son normales.
Fuente: ELMUNDO.ES Salud